Homenaje a una Vida Extraordinaria: Padre José Manuel Guzmán

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro en homenaje a la vida del padre José Manuel Guzmán? ¿Qué aspectos de su vida le motivaron a emprender este proyecto?

La idea surgió de la directiva de Tabancureño en 2020. Fueron Cristián Costabal y Paul de La Taille quienes me preguntaron si estaba disponible para escribir un libro sobre el padre José Manuel. Debo confesar que les manifesté la duda de si su historia daría para tanto. También les señalé que, para salir de la duda, era necesaria una amplia investigación histórica, y les dije que yo no tenía tiempo para realizarla. De la investigación se hicieron cargo, con gran profesionalidad, las historiadoras Alexandrine de La Taille y Alejandra Fuentes. Al recibirla mi sorpresa fue enorme. ¡Ese centenar de testimonios recogía una historia que merecía no solo ser contada, sino escrita y publicada!

El protagonista del libro dejó una huella imborrable en el colegio Tabancura y en los miembros del Opus Dei en Chile y Nigeria. ¿Cómo describiría la influencia y legado que él dejó en ambas instituciones? ¿Qué cree que hace especial a su historia y a su contribución al colegio y a la Iglesia?

Lo resumiría diciendo que el padre José Manuel, en su vida, convirtió lo ordinario en extraordinario: sin hacer nada llamativo sabía amar a Dios y entregarse a los demás con una sonrisa. Quería a sus colegas como si fueran amigos siempre, y a sus alumnos a los que trataba con confianza, llaneza y exigencia. Sabía estar al lado de quienes lo necesitaban todo lo que fuera necesario. Su amor al servicio era tan grande que no dudó en ir a desarrollar su ministerio pastoral en Nigeria, cuando le preguntaron por esa posibilidad para que respondiera con entera libertad. Resulta imposible resumir todo en esta respuesta, por eso remito al libro, ahí se recoge su contribución al colegio y a la Iglesia. 

¿Qué descubrimientos o aspectos inesperados encontró durante este proceso de escritura?

El entusiasmo de todos los que testimoniaron haber conocido al padre José Manuel: lo consideraban una persona que sabía querer. Un hombre muy humano, al que le gustaba el deporte, bailar, cantar, reír y comer. Y al mismo tiempo, muy divino, de profunda piedad, oración y deseo de expandir el Reino de Dios en la tierra.

¿Cuáles fueron los momentos más destacados o significativos que usted considera importante resaltar en el libro, especialmente para la comunidad Tabancureña?

El vivir para los demás, el diseñar su vida pensando en el prójimo, sabiendo encajar con fortaleza y alegría los dolores y renuncias. Perdió un ojo siendo niño, más tarde, a su madre en un trágico accidente y a su hermano mayor por un cáncer. Acogió una vocación al celibato laical con alegría y agradecimiento, renunciando a la posibilidad maravillosa de formar una familia. Luego dejó su profesión para ser sacerdote. Pocos años después se despidió de su país para ir a trabajar a Nigeria. En decir, puso su vida en manos de Dios y por eso tuvo tantos frutos.

El lanzamiento de este libro es un evento especial para la comunidad Tabancureña y para aquellos que conocieron al padre José Manuel Guzmán. ¿Cuáles son sus expectativas y deseos para el impacto que pueda tener esta obra en la comunidad del colegio Tabancura y en aquellos que compartieron vivencias con él?

Mi expectativa es que todos recordemos en nuestras vidas lo que dice Jesús en el Evangelio: “el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará”. En otras palabras, que vivamos la radicalidad del mensaje cristiano como lo hizo el padre José Manuel Guzmán.